En este año en el que se celebra el centenario de la apariciones de María en Fátima, las Religiosas de Jesús Redentor, hacen del 2017 un año mariano en la Congregación. La oración que el Ángel enseña a los tres pastorcitos es expresamente reparadora:
“Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”.
Por tanto, existe un lazo de unión entre las apariciones de Fátima y la espiritualidad de nuestro Instituto.
Victorine, alma profundamente mariana, hacía continuamente referencia a la Virgen, y se comprometía a vivir unida a Ella en la escuela de Jesús. El “Fiat” de María que se introduce en el gran “Fiat” de Cristo, llena toda su existencia invitando a quien la seguía, a trabajar con Jesús Redentor y María Reconciliadora, por la reparación y la reconciliación en el mundo.