El día 22 de mayo, fecha del nacimiento de nuestra Fundadora, se celebraron los 25 años de presencia de las Religiosas de Jesús Redentor en Rumanía. Fue al día siguiente de la revolución cuando el régimen del dictador Nicolae Cauçescu cayó definitivamente. Tres motivos habían impulsado a la Congregación para abrirse hacia el Este: la llamada de Juan Pablo II a los Institutos Religiosos, la situación trágica de los niños, muchos de los cuales vivían en orfanatos, que eran verdaderos tugurios, y también el deseo de emprender un camino de ecumenismo con la iglesia ortodoxa. El país estaba destruído y reinaba la miseria. No obstante la disfíciles condiciones, la pequeña comunidad se dedicó enseguida a la acogida de los niños y se comprometió a ayudar a las familias con la creación de las primeras granjas agrícolas. Rápidamente los niños aumentaron y se abrieron dos casas-familia, y luego se abrió una comunidad en Transilvania para trabajar con la iglesia greco-católica.
Algunos de los niños que fueron acogidos con pocos meses o incluso con pocos días, ahora son jóvenes bien preparados, unos integrados en el mundo del trabajo, otros continuando sus estudios, compartiendo activamente la vida de la casa que los acogió. La serenidad y la alegría que expresan con su sonrisa son el mejor agradecimiento y un impulso también para continuar esta misión tan necesaria en nuestros días.